(Bundesliga) Un empate a cero fue suficiente para que el equipo se alazara con el doblete.
No sólo el Real Madrid celebró este fin de semana la consecución del campeonato de liga.
En Alemania también hubo alirón y el Bayern de Múnich lo celebró por todo lo alto. Tan sólo necesitaba un punto y lo consiguió empatando a cero ante el Wolfsburgo fuera de casa y en un partido decepcionante.
Dominaron los locales en todo momento, pero nadie se lo hechó en cara a un equipo que a
falta de tres jornadas le saca 10 puntos de ventaja al segundo clasificado, el Werder Bremen. Para celebrar el vigésimoprimer título del conjunto alemán litros de cerveza regaron el terreno de juego en un acto que se ha convertido ya en tradición.
Jugadores y cuerpo técnico se dieron una auténtica ducha de cerveza ante los aficionados desplazados y que se entregaron a un equipo celebraba el enésimo doblete del club y la vuelta a la Champions League. El técnico Ottmar Hitzfeld fue el más afectado por las bromas de sus hombres, sobre todo de Schweinsteiger y Podolski. Incluso el presidente del Consejo Directivo, Karl-Heinz Rummenigge, no pudo escaparse de las bromas de los jugadores.
El único que salió indemne de la locura que envadió el terreno de juego con el pitido final fue Franz Beckenbauer, que contempló las celebraciones desde un estudio de televisión.